Una ley que fue aprobada en noviembre de 2016 entrará en vigor este domingo y despenalizará el cultivo, venta y consumo recreativo en este estado, que de por sí ya es una potencia económica mundial. Y el mundo estará atento a este gran experimento del rentable negocio del llamado ‘oro verde’.
Ciudades como San Francisco, San Diego y San José no perdieron tiempo y ya entregaron licencias a varios distribuidores que, con sus permisos estatales, podrán arrancar el primer día del año con ventas recreativas.
La firma Arcview, que hace estudios especializados del mercado del cannabis, estima que este crecerá a 22.600 millones de dólares en 2021, de 6.700 millones en 2016. Solo en California, calcula, será de 5.800 millones de dólares en 2021, 74 por ciento del total por uso recreativo.
Una dura transición
Sin embargo, la transición que se inicia en 2018 no será automática ni tampoco sencilla. Si bien ocho estados más la capital Washington D. C. ya legalizaron el uso recreativo, nada se compara a la magnitud de California.
“Los dos primeros años van a ser un caos mientras muchas ciudades determinan sus propias regulaciones y se estabiliza el mercado de oferta y demanda”, pronosticó Troy Dayton, jefe de Arcview.
Pese a que California ya fue pionero al legalizar la marihuana medicinal hace dos décadas, la sustancia es considerada una droga ilegal por las autoridades federales, y el gobierno del presidente Donald Trump se ha mostrado hostil al respecto.
Según la nueva ley, cualquier persona mayor de 21 años –como con el alcohol– puede tener hasta 28,3 gramos de hierba– no necesitará receta médica. No se podrá consumir en lugares públicos o mientras se conduzca un auto; tampoco, a menos de 300 metros de una escuela o un lugar con niños.
Además, la producción, distribución y venta de marihuana requerirá primero un permiso municipal y luego, otro del estado.
Cat Packer, jefa del Departamento de Regulación de Cannabis de Los Ángeles advirtió que el proceso “no se va a dar de la noche a la mañana”, pues cerca del 80 por ciento de la industria que opera en Los Ángeles lo hace sin permiso. Hay solo 135 tiendas que pagan impuestos. Según Arcview, el mercado ilegal generó 5.100 millones de dólares en el 2016.
Un antecedente está en el vecino Nevada, donde en julio, cuando se comenzó a vender marihuana recreativa, se tuvieron que aprobar medidas de emergencia para autorizar distribuidores fuera de los límites de la ley porque no había cómo suplir la demanda.
‘Fluctuación loca’
Las autoridades de Los Ángeles han dicho que trabajan en un plan para combatir el comercio ilegal.
La policía, por ejemplo, tiene el poder de cortar luz y agua a los establecimientos irregulares. Algunas ciudades más conservadoras simplemente prohibirán la venta.
Por otra parte, algunas proyecciones estiman un incremento de hasta 70 por ciento en el costo de los productos, primero por los nuevos impuestos estatales, de 15 por ciento de los ingresos y 10 por ciento de las ventas, que se suman al impuesto municipal (2-10 por ciento).
También influye que cada elemento en la cadena de abastecimiento necesitará una licencia: producción, distribución y venta, y elementos tecnológicos como un rastreador para cada planta.
“Veremos una fluctuación loca del precio en el primer año y el segundo”, dijo el jefe de Arcview.
AFP