Cindy no solo perdió a quien se casaría con ella seis días después, sino también es víctima de maltratos y discriminación por su orientación sexual. Ella decidió hablar con El Espectador, de frente, y revelar su dramática historia.

¿Cómo es su nombre y en dónde se encontraba el 9 de septiembre por la noche?

Me llamo Cindy Tatiana Contreras. Soy madre lesbiana y convivía con mi pareja, Angie Paola Vaquero, hacía 13 meses, aunque habíamos empezado antes nuestra relación. En la noche del 9 de septiembre salimos a comprar comida, pero nos tropezamos con los disturbios que se presentaron cerca del CAI de Aures (Suba). Una turba apareció de pronto y la gente que corría nos empujaba, nos llevaba por delante. En ese momento veo que Angie cae y en el piso me dice: “Me dieron un tiro”. Yo miro hacia todos los lados y veo a varios policías disparando desde la parte de atrás de unos árboles. Me agaché para auxiliarla y otras personas que estaban ahí también trataron de ayudarnos. De pronto un señor que tenía una moto se ofreció a llevarnos. Me subí con ella, cargada, a esa moto y así llegamos al hospital de Suba.

¿Usted vio quién le disparó a Angie, específicamente?

Específicamente no, pero sí vi, con precisión, que los policías y unos hombres de civil que estaban con ellos disparaban hacia la multitud. No había un lugar cerca para refugiarse de las balas porque los disparos salían para todas partes.

Cuando Angie cayó herida, ¿qué más recuerda que pasaba a su alrededor?

Había mucha gente corriendo, mucho disturbio, porque los policías disparaban sin parar. Recuerdo, en medio de la confusión, que un muchacho también cayó herido. Estaba a menos de ocho metros de nosotras. Y alguien gritó: “¡Le dieron! ¡Le pegaron tres tiros!” Pero no supe qué pasó con él porque nos fuimos en la moto para el hospital.

La toda la entrevista en este enlace de El Espectador