Un alcalde y tres concejales electos Tomado de El Espectador
Este año, 70 personas de esta comunidad aspiraron a cargos de elección popular, una cifra que cuatriplicó la registrada entre 1997 y 2014.
El papel de la Corte Constitucional, los espacios de participación en el proceso de paz del gobierno Pastrana y la inclusión en el Ejecutivo, algunas de las razones de este cambio histórico.
-Yo voy a gobernar con la cabeza, no con el culo-. Así, de un tajo y sin titubeos, Gustavo Álvarez Gardeazábal desarmó los argumentos de uno de sus opositores cuando cuestionó su capacidad para asumir la Gobernación del Valle del Cauca por ser homosexual. En plena campaña de 1997, los titulares resonaron durante días con esta frase, que aún permanece en la memoria política del país. Y no era para menos: en medio de una sociedad pacata y retrógrada, el escritor y periodista había logrado llegar al primer cargo del departamento con una votación arrasadora (650 mil votos), la más alta en el Valle hasta ese momento. Un triunfo que había cosechado años atrás cuando en 1978 fue concejal de Cali, en 1982 diputado de la Asamblea del Valle y en 1988 y 1992, alcalde de Tuluá.
Desde 1997 y hasta el año pasado, 17 personas que reconocieron públicamente ser LGBTI se lanzaron a cargos de elección popular, quedando solo tres electas, según el Observatorio de Participación Política de las personas LGBTI en Colombia. Pocos se atrevían a salir del clóset y entre los valientes que se lanzaron a la tribuna pública estuvo, junto a Gardeazábal, ese mismo 1997, Pedro Assad Fayad Charry, candidato gay al Concejo de Barranquilla. Su aspiración nació porque en la Batalla de Flores del Carnaval les negaron la participación a los LGBTI. Dieron la pelea y ganaron, pero en el desfile varios sectores del público los abuchearon, mientras el arzobispo les decía que no eran hijos de Dios. Fayad se quemó en las urnas.
Dieciocho años después, en las elecciones del pasado 25 de octubre, fueron 70 las candidaturas de esta comunidad y cuatro los electos: un alcalde gay y tres concejales (una mujer trans y otra bisexual y un homosexual). Los cabildantes Ramón Rojas (Chaparral, Tolima), Carolina Giraldo (Pereira) y Edinson Javier Bermúdez (Chaparral, Tolima), y el alcalde de Toro (Valle), Julián Bedoya, marcaron un hecho sin precedentes.
La mayoría de quienes aspiraron a estos cargos públicos fueron los hombres gais (53 %), seguidos de las mujeres lesbianas (21 %) y las mujeres trans (16 %). Con una particularidad: ningún hombre trans (mujer que se convierte a hombre) se presentó como candidato. La organización Caribe Afirmativo, que lidera el Observatorio junto a la fundación Friedrich Ebert Stiftung en Colombia (Fescol), asegura que esto se debe a la invisibilización de esta población en el país, lo que no ha permitido que ésta se organice.
La Alianza Verde (27 %), el Polo Democrático (19 %) y el Liberal (10 %) fueron los partidos que más entregaron avales a LGBTI. De los trece partidos con personería jurídica, el único que no incluyó en sus listas a aspirantes de esta comunidad fue el MIRA, de corte cristiano.
¿Pero en qué cambió Colombia para dar este giro de 180 grados? Las decisiones de la Corte Constitucional sobre temas como la adopción por parte de parejas del mismo sexo y la no discriminación en colegios, el proceso de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Farc en el 2000 y las gestiones de figuras públicas como Angélica Lozano y Claudia López en el Congreso y las ministras Gina Parody y Cecilia Álvarez han incidido en esta transformación.
Saruy Tolosa, coordinador de proyectos de Fescol, explica que a nivel mundial se ha dado un cambio positivo en la jurisprudencia sobre derechos de LGBTI y eso ha tocado a Colombia. -La Corte Constitucional ha demostrado ser garantista de la igualdad y eso ha ayudado a que la población se reivindique en la arena pública y se cree un ambiente de legitimidad. También el tener personas abiertamente LGBTI en el Legislativo y el Ejecutivo ha ayudado a bajar la estigmatización-.
Otro de los factores que contribuyeron a este cambio fue el espacio de participación que tuvieron los LGBTI en las agendas del proceso de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Farc. -Con el proyecto Planeta Paz se fortaleció la participación de la sociedad civil y la discusión entre movimientos sociales, entre los que se incluyó el tema de diversidad sexual-, agrega Caribe Afirmativo.
Las puertas en la política se abrieron para las personas LGBTI, que esperan que nunca más vuelvan a cerrarse. Ya el país narra desde sus archivos una historia con alcaldes gais y una concejal trans, ¿lo podrá hacer con un presidente LGBTI? Tolosa responde: -Hace cuatro años nadie se imaginaba que estaríamos hoy ad portas de una firma de paz, eso nos da las esperanzas de pensar que en cuatro años la sociedad colombiana puede estar en otro estadio y, por qué no, tener un presidente abiertamente LGBTI-.